Temas como el favoritismo, el mobbing, las presiones desmedidas y la discriminación sexual o racial dominan las quejas en la región. El 62% de los llamados son reclamos vinculados a relaciones humanas.
Contar con líneas de denuncias les ayuda a las compañías a resolver los conflictos, pero también a prevenirlos, pues de las experiencias se aprende. Varias multinacionales cuentan con estos canales anónimos para que los empleado expresen sus inquietudes.
Según un informe, el 68% de las llamadas que se reciben en estas líneas en América Latina corresponden a quejas o reclamos que están vinculados a los recursos humanos. Esto tiene un claro correlato con los movimientos sociales que están teniendo presencia en la región: desde las mujeres movilizadas por una equidad laboral hasta las campañas antimobbing, todo ayuda para que se empiecen a visibilizar estos problemas.
Resguarda, firma internacional especializada en líneas de denuncias, realizó un estudio sobre el funcionamiento de los canales de denuncia entre más de 100 empresas de primera línea. De allí se pudo saber que las denuncias son en un 62% recursos humanos; 8% fallas de seguridad; 5% aspectos legales; 12% robo de activos; 7% corrupción y un 6% otros temas.
El tema de las relaciones humanas predomina y se vuelve esencial para generar ambientes laborales productivos. El desglose muestra las problemáticas: 22% por presiones desmedidas, 21% discriminación sexual o racial, 16% favoritismo, 12% malos tratos o mobbing, 9% mal desempeño y 8% acoso sexual.
Según el análisis, el ítem de la discriminación sexual ha crecido en los últimos años de la mano del movimiento de las mujeres para visibilizar la falta de equidad laboral, tanto en el acceso a puestos de mayor jerarquía como en los sueldos que perciben. Del mismo modo, se nota una tendencia empresaria a formar grupos más diversos, pero es necesario todavía trabajar más sobre la cultura de las firmas para que al momento de armar los equipos los prejuicios ya sean dejados de lado.
«A estos datos hay que agregar que, hasta el momento, en la región el 88% de las denuncias son anónimas, pues aún no existen en Latinoamérica leyes y mecanismos de recompensa y protección hacia el denunciante, sino que sucede lo contrario: suele ser perseguido cuando muestra su identidad al exponer el delito o maltrato», afirma Martín Ghirardotti, CEO de Resguarda.
Estas líneas contribuyen a generar buenos climas laborales, mejorar la productividad y también retener a los talentos, que en épocas inflacionarias tienden a rotar más en busca de condiciones económicas más convenientes.